Este pretende ser el manifiesto de un loco desencantado.
He... perdido. Sí, he sido derrotado.
La cruda realidad ha podido conmigo. Mantuve una guerra con ella durante este año que muere, y ahora ha sabido encontrar mi punto débil.
No temo, sino, a la exposición. Me horrorizo de la vista que tendré y no he tenido en mucho tiempo. Todos estos años he vivido ajeno a ello.
Esta vez, al levantarme, las cosas no son negras o grises o blancas; bellos colores, grandes contrastes, locura de amarillos, cianes, magentas extasian mis pupilas como nunca antes ha logrado ser humano.
No se puede evitar la expresión de incredulidad. ¿Esto me he perdido durante toda mi vida? ¿Vale la pena ser pesimista?
La vida es sufrimiento. Una frase, un dogma, un mandamiento. Delante de mí, siempre, una y otra vez rondándome la mente. ¿Cómo es posible? Es decir, sí: es sufrimiento. Pero eso es mirar el vaso medio vacío. Démosle otra vuelta de tuerca, y miremos hacia el futuro. Levantarse es... precioso. Pasas del negro más macabro a un arcoiris de sentimientos, desde furia, tristeza y desencanto... a alegría, esperanza y descaro.
Y todo bajo una única tutela: la tuya. Eres dueño y señor de tus acciones, de tus decisiones y de tus pasos. Nada ni nadie caminará por ti, ni te señalarán cuál es el camino correcto.
Porque es más fácil descartar puertas a base de darse de narices con el muro que esconden detrás... a intentar abrir la buena a la primera, y llevarte pensando años y años...
Vamos hombre, que el humo del tren no intoxica tus pulmones todos los días. Aprovecha. Juega. Hazte daño. Vuelve a jugar y vuelve a hacerte daño. Ten cicatrices; que tu alma sea un perfecto libro de desgracias curadas.
2011 acaba, y 2012 se asoma tímido por el 31 de diciembre. Se ha hablado mucho de él. Son todo prejuicios. ¿Un mal año? Si te lo crees, terminarás pasándolo mal. ¿Fin del mundo? ¿Desde cuándo ha sido eso malo? Tal y como llevaré mi vida a partir de ahora... El fin del mundo sería el final apoteósico que merece un año perfecto.
Recemos para que sea así.
HEY!
ResponderEliminarPor fin lo leí jeje
Como siempre, me ha encantado, creo que es el segundo que más me gusta, el primero obviamente es el de París. :)
Por fin te escucho hablar con esperanza hijo mío!
Da gusto verte así :)
Un beso bichoo.