- Lo que muchos pueden hacerme no me asusta. La sombra o amenaza de ellos no impide que avance. Porque el mundo necesita de personas valientes. Personas justas y decididas que no vacilan cuando apoyan el pie en la tierra. Hombres y mujeres que confían en su sentido común. Que extienden los brazos y arrastran consigo las ánimas desanimadas. Grito, y no me escondo. La sociedad se hunde en un abismo de corrupción y engaños. No sé, el verdadero don está en todos nosotros.
- Y... ¿esto de qué me sirve a mi?
- ¿Cómo? ¿De verdad me preguntas eso?... ¡Lucha! ¡Lucha por tu libertad, por la vida que siempre quisiste, por aquel paseo, por esos zapatos nuevos, por el niño que llevas dentro! ¡Mira a tu alrededor, sólo ves ansiedad, nihilismo y pocos sueños que cumplir! La vida es otra cosa, es ilusión, cicatrices, trenes, hilos rotos.
- Sí, sí... Pero quiero decir... te he pedido consejo sobre qué hacer con esa tía.
- La dependencia en los demás es otro fracaso. Despierta: el amor no existe, sólo es un miedo cubierto, un seguro con fecha de caducidad.
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