lunes, 1 de octubre de 2012

The 2nd Law: el ego de Matt no se crea ni se destruye...

La segunda ley de la Termodinámica enuncia que la cantidad de entropía en el universo incrementa con el tiempo (he tenido que buscarlo en la Wikipedia, porque la verdad es que he suspendido esa asignatura). ¿Qué nos dice esta afirmación? Seré breve:

Un sistema que pasa de un estado A a otro estado B trabajará en el camino de A a B, cambiando su energía y/o cantidad de materia. En este sentido, podemos afirmar sin miedo que el desorden de la materia siempre va a aumentar en un sistema que cambia de A a B, y el proceso contrario es imposible.

Sería bastante extraño comparar este hecho con la evolución de un grupo de música, pero, igual de extraño, muy acertado: últimamente vemos que cuando un grupo (sistema) pasa de un disco (A) a otro (B) cambia su estilo (entropía) a algo bastante raro, distinto y, por supuesto, irritable para los que siguen, desde sus comienzos, a la banda (aumenta el desorden del sistema, ya sabéis)

¿Por qué sucede esto? En los sistemas, la entropía depende de ciertos parámetros que definen al mismo. La energía interna, el volumen, la composición molar, la temperatura, la presión... son magnitudes que, cuando se pasa del estado A al estado B, cambian su valor para que se cumpla el segundo principio.

¿Qué ha cambiado en Muse? ¿Qué parámetro ha hecho que se haya dado este estado B tan raro como 'The 2nd Law'? Pues, indudablemente, Matt Bellamy. El, y aunque nos pese, alma del grupo y causante de todas esas canciones extrañas, bellas y únicas de Origin of Symmetry, Black Holes and Revelations o Absolution. Entre esos discos, la entropía no cambia de forma brusca o, directamente, no cambia o es nula, hecho que sólo puede pasar en un sistema cerrado. ¿Hay que buscar un sistema cerrado en la evolución de una banda? ¿Es bueno que la entropía cambie?

Dejémonos de comparaciones: ¿un grupo debe cambiar su estilo, a expensas de sus seguidores de siempre, o quedarse estancado y seguir con su manera de hacer música tan característica?
Un servidor piensa que, en este caso, en el equilibrio está la clave. Una evolución sin abandonar tu marca de la casa. Sin embargo, esto no es como la segunda ley de la termodinámica: no se cumple siempre.

Dicho esto, presento The 2nd Law:


Las primeras palabras que se me ocurrieron cuando he escuchado la filtración de The 2nd Law son: estereotipo, pop y ego descontrolado. Es cierto: en los anteriores discos (y no me refiero al soso The Resistance) Matt supo mostrar su enorme ego en forma de canciones, pero en ese caso estas composiciones eran de una calidad soberbia y, lo mejor: únicas. En The 2nd Law no paramos de ver influencias e influencias. Volvemos a lo mismo que comentamos cuando salió el single Madness: esto no es Muse. Ha evolucionado perdiendo su esencia. ¿Cuál era su esencia?: un disco sobrecogedor, desde los pies a la cabeza, de composiciones únicas, extrañas, con guitarras distorsionadas o no, pero siempre en primera línea de batalla; un bajo rompedor y, algunas veces, merecedor él solo de un Grammy; una batería sobresaliente, a cargo de Dominic Howard, que sabía cómo llevarnos al terreno donde juega Bellamy, con su voz imponente.

¿Y ahora qué? Es gracioso, porque cuando escuchamos canciones con guitarra no podemos evitar decir 'esto lo he escuchado yo en algún lugar'. Cuando no escuchamos guitarra... pues ya sabéis qué pasó con Madness. Y cuando no pasa ni una ni otra... pues hay algo que no gusta, ya sea la misma canción de forma global o algo que no cuadra. Hay demasiado desorden. Han intentado tocar todos los palos, intentando dejar satisfechos a cualquier simpatizante de cualquier estilo musical que escuche el disco y se han quedado a leguas de hacerlo bien.

No soy muy crítico, no os equivoquéis. Estoy midiendo con la misma vara que ha usado Matt para concretar la calidad de su grupo y el tamaño de su ego. Es así: si anuncias proyectos enormes con frases como 'Es lo mejor que hemos hecho en nuestra carrera' o con avances confusos y equivocados, en mi opinión, como fue el de 'Unsustainable', creas unas expectativas que, si no las cubres, terminan con volverse en tu contra. No tiene más misterio: han cavado su propia tumba; The 2nd Law no es, ni mucho menos, lo mejor que han creado en su trayectoria musical.

Pero entremos en materia. Si analizamos un poco más a fondo canción a canción veremos que, efectivamente, no podemos estar más en desacuerdo con el trío inglés con eso de que es lo mejor que han hecho hasta ahora.

1.- Supremacy: Imaginaos una peli de James Bond, cuando empieza. ¿Recordáis las chicas desnudas, las pistolas y todas esas cosas? Pues ponedle esta canción de fondo. Perfecta. Como canción de inicio para esas pelis, quiero decir. Es más: no me extrañaría nada que lo hayan hecho con esa intención. Una guitarra bastante decente, eso sí; el bajo en su línea manejado por el incombustible Chris y una batería muy muy pulida, pero la perdición de esta canción es, obviamente, la sección de viento y cuerda que se emplea para darle el toque 007. Tiene todos los elementos para ser una canción de las de antes de Muse, sólo lo fastidia eso: el aire tan descarado a película del espía inglés. Y es preocupante, porque va a ser de lo mejor que vamos a escuchar en el álbum. Lo mejor: el falsete de entrada al estribillo de Matt y el ritmo frenético que deciden llevar casi al final del tema.


2.- Madness: Ya lo dije en su momento en esta otra entrada: segrega pop por todos los poros posibles de la composición. Ni Queen, ni U2 ni George Michael: se queda a las puertas de todo eso para ser una canción perdida en el limbo del disco. De vuelta a lo mismo: esto no es Muse.



3.- Panic Station: Nos encontramos con una canción funkie que mezcla varias cosas que ya he escuchado en otros temas: el comienzo de The Adventures of Raindance Maggie, de Red Hot Chili Peppers; un recurso muy recurrente electrónico de Franz Ferdinand... pero, sobre todo, no puedo evitar acordarme de esta canción:


La canción no es mala, obviamente. Pero es que sigo con lo mismo: no me llena como me llenaba antes alguna de Absolution o Origin of Symmetry. La voz de Matt Bellamy, y eso hay que decirlo, se sale en esta canción: perfecta, mezclando los falsetes y la voz desgarrada (supongo que será un efecto de sonido) poco después tan rápido, siendo casi imposible evitar transportarse a una pista de baile (igual que pasaba con Monarchy of Roses del I'm With You de los Red Hot) La verdad es que han sabido llevar bien el funkie a su terreno. Con esta han sabido conmoverme: me encantan los Red Hot.


4, 5.- Prelude y Survival: Una introducción... no sé cómo definirla: entre mística y romanticona. Muy orquestada, con coros femeninos que, para mi gusto, no terminan de convencer. Sin embargo, la cosa no queda ahí: inmediatamente después viene el tema de los Juegos Olímpicos de Londres 2012 (no sé cuál de las dos partes sale peor parada de esta relación: si el evento internacional o la canción): Survival. 

Tenemos uso de uno de los instrumentos clásicos de la banda: el piano. Pero volvemos a escuchar unos coros que le dan una atmósfera no muy convincente a la composición. Tanto femeninas como masculinas, no sólo aportando una épica un tanto aplastante, sino llegando a la pesadez. Me gusta la épica en las canciones de Muse, pero todo tiene su límite, y Matt colabora empezando con esa voz tan débil y baja. Por lo demás, un guitarreo decente. No hay que olvidar que la pesadez tiene un origen principal claro, y es la misma estructura del tema. Repetitivo, no puedo decir nada más. No se reinventa. Es lineal, y eso es algo a lo que la banda no nos tiene acostumbrados, expertos en llevarnos a donde quieren cuando quieren.

Es lo que tiene que sea un himno de los Juegos Olímpicos...


6.- Follow me: Un comienzo notable, no nos engañemos. A su estilo. Sin embargo, empezamos a escuchar bastante elementos electrónicos que nos hacen desconfiar. Efectivamente, no nos equivocamos. Cuando llega el estribillo nos damos cuenta verdaderamente de hacia dónde mira ahora este grupo. Madre mía, cómo habría quedado esta canción bajo la dirección de una guitarra eléctrica. Es un claro ejemplo de lo que comenté antes del repaso individual a cada canción: intentan pasar por varios estilos, varias formas de abordar un tema... y se quedan ahí. Un tema que se hace corto, inexplicablemente, quizá por la sencilla melodía, muy pegadiza. Un tema que, ya digo, me da especialmente pena: con guitarra eléctrica sería la mejor del álbum, por su melodía, su calidad vocal (ya sabemos cómo es Matt)...


7.- Animals: Un comienzo un tanto extraño, todo hay que decirlo. No, qué digo: una canción muy extraña. Sin embargo... esto SÍ es Muse. Por fin encontramos una canción de estas características: extraña, pero bella. Única. Una letra en la línea de Bellamy. Con una guitarra jugando con nosotros, punteando durante toda la canción. Me recuerda a Hullabaloo o a Showbiz en cierta manera, quizá por ese recurso que han usado tan parecido al que se usa en Hate this and I'll love you. Hablando de este tema, es bastante elaborado, con un final muy en la línea de los viejos Muse: riffs de guitarra soberbios, con una batería frenética ayudando a ese ritmo que quieren conseguir. El bajo va en paralelo con la guitarra, dando fuerza a esa melodía que lleva el final de la canción. Para concluir: voces de brokers del Wall Street; muy en la línea de la letra. Vuelvo a decirlo: buenísima.


8.- Explorers: El problema de esta canción es que se les acabaron las ideas. Si escuchamos el estribillo es una copia de Invincible, de Black Holes & Revelations. Así, sin más. Además, el tema es demasiado... mmm... romanticón. Con recursos muy utilizados en baladas... y en nanas. No convence, así de sencillo. Unos coros muy extraños, unos violines que siguen moviendo la canción entre algodones rosa y una subida de tono para finalizar la canción. Falta la purpurina. Mirando atrás tenemos algún que otro antecedente de balada, pero no era tan ñoño, como Ruled by secrecy o la ya mencionada Hate this and I'll love you... incluso Unintended es menos ñoña. Esto es parecido a Neutron Star Collision... y ya sabemos para qué tipo de público se creó ese tema... A todo esto: la canción es repetitiva y se hace larga.


9.- Big Freeze: Una distorsión de guitarra que recuerda mucho a U2 (yo diría que demasiado) nos acompaña durante toda la canción. Sin embargo, no disgusta. Y en sí, la canción da la talla. Es algo que nunca se había escuchado en Muse, porque tiene un tono muy alegre y positivo (si leéis la letra, entenderéis por qué), casi comparable al que se encontraba en Thoughts of a dying atheist. Los coros están bien situados, en los sitios que necesita el tema. El estribillo descoloca, por el cambio tan poco intuitivo de nota, pero se endereza solo gracias a los coros y a la voz logradísima de Matt. Un solo muy de Bellamy, distorsionado de forma distinta y muy sucia, pero a la vez melódica. Una canción bastante buena, por detrás de Animals, a mi gusto, en el top de mejores canciones del disco.


10.- Save me: Será, junto con la siguiente canción, el debut de Chris Wolstenholme, el bajista de Muse, como cantante. Y... siento mucho que sea de tan mala manera... La canción es repetitiva, pesada, larga... y no tiene nada. La melodía es simple y extraña. Para más inri, empiezan a añadir guitarras y efectos y coros como si no hubiera un mañana, haciendo de la canción algo muy desordenado. Chris dijo, en una entrevista a la Rolling Stone española, que escribió esta canción cuando realmente sentía lo que la letra quería transmitir, y ahora no sabía cómo enfocarla. Quizá haya sido eso, o cualquier otro motivo que ahora no se me ocurre, pero el crimen es el mismo: no hay por donde coger esta canción. Lo positivo: la voz de Chris, únicamente.


11.- Liquid State: Esquivando el bache de la anterior canción, encontramos algo más digerible con Liquid State, pero vuelvo a escuchar algo que no me gusta. ¿Por qué cuando Chris canta le ponen un efecto... tan difuso? Como si quisieran disolverla en la canción. ¿Por qué no la dejan tal cual, y escuchamos limpiamente lo que el bajista puede ofrecernos? No sé si será idea de Chris o de Matt (me decanto por este último, no me preguntéis por qué), pero no me convence. Omitiendo este hecho, escuchamos una canción con un bajo sobresaliente, llevando la batuta, y la guitarra haciendo pequeñas variaciones y pall mute. También podemos ponerle una pega a la melodía, un tanto difícil de encajar, pero que termina por resolverse sola a medida que avanza la canción. El problema, y grave a mi parecer, es que esta canción no le pega a Chris. Si esta canción hubiera sido comandada por Bellamy a la voz, podríamos estar hablando de una buena canción, pero no es así. Aparte, no se innova, demasiado lineal, y no encontramos esos cambios misteriosos con los que nos deleitaban antes. Una canción mediocre.


12.- The 2nd Law: Unsustainable: Aquí tenemos para Bellamy la niña bonita de The 2nd Law. No voy a dedicarme a comentarla, sinceramente. Ya dije algo en la entrada de Madness: esto ni es dubstep ni es Muse. No diré nada más.


13.- The 2nd Law: Isolated System: Si alguien pensaba que la segunda parte de esta especie de sinfonía/pretenciosidad/idadeolladeMatt iba a parecerse a la primera parte, se equivocaba. Son la cara opuesta de la misma moneda. En ese sentido, podemos intuir por qué recibe el nombre de The 2nd Law: estado A (segunda parte) a B (primera parte) aumenta el desorden. De lo simple a lo complejo. De lo minimal a lo extrañamente sobrecargado. ¿Qué problema encontramos tanto en la primera como, muy a mi pesar, en la segunda?: el ego de Matt, esa moneda que da sentido a las dos caras. Esa intención pretenciosa de hacer algo distinto, innovador, elitista incluso... y quedarse en el intento. Obviamente, Isolated System agrada más que su hermana, muy a lo The XX jugando con la sencillez para intentar transmitir algo que no es sencillo. Una canción conceptual, en la que la única voz que escucharemos pertenece a periodistas, locutores, oradores... hablando de lo que ha cautivado ahora al bueno de Matt: la política, la economía... y el estado en el que se encuentra ahora. Por lo demás, no pasa nada. Y es así: el tema resulta ser una composición bastante buena de piano (como protagonista), violines, efectos electrónicos y no mucho más. Si el disco hubiese sido redondo, habría aplaudido este tema, tanto a nivel sinfónico como a nivel ideológico. 


Pero es que no es así, Matt cree que ha hecho el mejor disco de su carrera y se permite terminarlo así, como dando el broche de oro. Y, desgraciadamente, lo único que transmite es pretenciosidad. No se me ocurre otra palabra para definir el fenómeno que se está dando en Muse. Espero, por el bien de este trío, que Chris y Dominic agarren de la pierna a Bellamy y le acerquen al suelo para que ponga de nuevo los pies en la tierra, porque no le viene nada bien estar ahí arriba. Porque, y terminaré como empecé, el ego de Matt no se crea ni se destruye, sólo se transforma.

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