... No sé cómo sentirme.
¿Alguna vez habéis experimentado el mayor de los derrumbes? Esas veces que, de repente, la vida te da una torta, dolorosa, que te saca de un trance que ni siquiera sabías que existía.
... Yo no.
Y... ¿sabéis por qué? Por que nadie, repito, NADIE sabe lo que es, verdaderamente, el dolor extremo, el mayor de los derrumbes. Nadie.
Nos quejamos... por nada, por nimiedades propias de un chaval de cinco años al que le han quitado su... juguete favorito.
No estamos solos, y aún así nos empeñamos en encerrarnos y tapar la luz del sol, negando que todo esto tenga solución.
¿Sabéis qué? Que os den, a ti, sí, al que está leyendo esto ahora mismo: ¿qué haces aquí, delante de tu ordenador leyendo los pensamientos de un loco sin remedio? ¡Sal ahora mismo y ve a decirle a esa chica o chico que la quieres, a pasar tiempo con tu familia o a hacer ese viaje que has soñado tantas noches!
Por favor, que la vida es sólo una, y no creo que se pueda repetir. Por favor. Vive.
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