jueves, 20 de diciembre de 2012

Inspira y espira

- Fíjate en los árboles. Mira. ¿Notas eso? Es el viento que recoge los lamentos de los pueblos antiguos, que resistieron desastres y enfermedades hasta su extinción.
- ¿Su extinción?
- Sí... en estas tierras dejaron de encontrarse camaradas hace ya décadas.
- ¿Qué ocurrió?
- Los hombres son débiles. Corruptibles. Potencialmente destruibles. La esperanza, al ser un sentimiento humano, sigue esas mismas pautas y, con el tiempo, fue perdiéndose. Y cuando al ser humano le falta la confianza en que todo saldrá, con esfuerzo y constancia, como espera... El fin llega, y la oscuridad pasa a dominarlo todo.
... Eso no significa que hayan desaparecido de la faz de la Tierra.
- ¿A qué te refieres?
- Este viento sigue rozándonos la piel de los brazos y secando nuestras retinas. Sigue moviendo la copa de esos árboles que han resistido la devastación del tiempo. Sigue desplazando ese polen que colonizará nuevas tierras y praderas, creando vida allá donde se pose.


- Tus palabras están empapadas de ignorancia e inexperiencia, querido amigo: el viento sólo narra el mal que se respiró en estos lares.
- Y las tuyas de pesimismo y derrota.

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