Veamos la vida de otro color, porque no todo es negro o gris.
Normalmente, cuando ando solo por la calle, con una buena música llegando a mis oídos, me detengo a observar a las personas que pasan por mi lado. Van atareados a sus casas, a sus trabajos, a sus gimnasios... Y, si te paras, das media vuelta y los ves marcharse... Te recorre una simple y única idea por la mente: el ser humano es... es... maravilloso. Todo tan mecanizado, tan elegante, tan manejado... Y hace poco estábamos preguntándonos si la Tierra era el centro del universo.
También me pasa cuando salgo al balcón, porque me agobia el aire de mi piso. Observas, miras a la gente pasear, con sus historias individuales, sus problemas individuales, sus paranoias individuales... Y no puedes evitar esbozar una sonrisa.
Tú eres uno más, pero, seguramente, entre los pocos que no han evitado pensar eso.
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