Josh Homme tiene talento. Mucho. Tanto que, por muy poco convincente que fuese su último trabajo, 'Era Vulgaris', nos ha vuelto a callar la boca.
Mucho se había especulado sobre el nuevo trabajo de Queens of the Stone Age. Todo producido por una expectación malsana que tiene su origen en muchos anuncios y noticias relacionadas: que si los colaboradores de turno como Alex Turner o Elton John, que si los pequeños fragmentos que el grupo ha ido colgando en su web (de hecho, han abierto una página paralela a la propia sólo para este cometido), que si el single 'My God is the Sun'... Todo esto y más han propiciado el aluvión de críticas, esperanzas y opiniones que hemos podido ver en casi todas las webs especializadas en el tema.
Destrozando esa barrera de hipótesis e idas de olla, el álbum se filtró hace dos días. En otras palabras: 18 días antes del lanzamiento oficial, el 3 de junio. ¿Autofiltración? Cierto es que la calidad técnica de la filtración es tan alta que muchos, yo incluido, han pensado así. ¿Otro movimiento de ficha de los de Josh Homme? Es posible.
Sin embargo, banalidades aparte, la filtración no ha hecho más que adelantar lo obvio: '... Like Clockwork' no es 'Era Vulgaris'. Ni siquiera 'Lullabyes to Paralize'. Homme y los suyos saben lo que hacen. No es casualidad que QOTSA sea considerado uno de los mejores grupos de finales del siglo XX y de lo que llevamos de milenio. Y digo esto porque, a pesar de disponer de 10 canciones, el álbum no podía ser mejor.
Queens of the Stone Age es un grupo muy autárquico. Desde que Homme salió de Kyuss para aventurarse en el proyecto de QOTSA, nunca se ha podido ver un signo tan claro de influencia de otros estilos o grupos contemporáneos. El culmen de este hecho es 'Era Vulgaris', un disco totalmente experimental, siempre dentro de los límites que Josh pone, sin saberlo a lo mejor, a su manera de componer y de hacer música. El desastre podría haber sido pleno con '... Like Clockwork' si se hubiesen seguido las mismas pautas que se siguieron con su antecesor. ¿Os imagináis una continuación de 'Era Vulgaris' cinco años después? Horrible.
Pero nada de eso. El equilibrio entre el robot rock de Homme y una variedad cuantiosa de estilos engendran lo que podría ser el mejor álbum del año (a la espera, con perdón, de lo nuevo de Franz Ferdinand, por ejemplo, y otros pesos pesados).
Desde la peste a rock psicodélico o art rock de 'Kalopsia' (escuchándola se me ha venido a la mente Pink Floyd) hasta las canciones más puras de parte de la casa como 'Keep your eyes peeled'. Con canciones puramente rockeras como 'Fairweather friends' o algunas sumamente familiares como 'I sat by the ocean' destrozan, y con creces, las expectativas negativas que sobrevolaban, como buitres, el día 3 de junio y ponen de manifiesto que Homme ha alcanzado un nuevo nivel de construcción en su música. La ayuda de los colaboradores es digna de mención, influyendo, claramente, en las pautas básicas de cada tema. Todo tiene una atmósfera más habitable, una puerta que, si bien en el pasado estaba cerrada para ajenos al personal, se ha abierto para que todos, desde los que nunca se han atrevido a explorar el excéntrico y raro arte de Josh y lo criticaron por activa y por pasiva, hasta los que se han aburrido de los desvaríos propios de un grupo, sinceramente, maltratado hasta la saciedad por sus fans y no tan fans del viejo continente; juzguen de primera mano sobre el talento de estos chicos.
Todo eso se ha moderado. Han sabido encontrar el punto perfecto para que aquel que escuche el disco se toque la cabeza y diga '¿de verdad estos son Queens of the Stone Age?' Pues sí. El talento de Josh Homme en estado puro. Ni más ni menos.
'... Like Clockwork' cuenta con diez temas:
- Keep your eyes peeled
- I sat by the ocean
- The vampyre of time and memory
- If I had a tail
- My God is the Sun
- Kalopsia
- Fairweather friends
- Smooth sailing
- I appear missing
- Like Clockwork
No hay una jerarquía oculta o un concepto general. No es un disco conceptual, a priori. Sólo están las diez canciones y tú, y el álbum te va llevando él solo hacia distintos estados de ánimo. Desde la incredulidad hasta la satisfacción de haberlo escuchado. Así de simple.
Keep your eyes peeled
Queens of the Stone Age es el grupo que es. Por muchos colaboradores e influencias que hayan tenido en este disco, son como son. Y como son como son, pues esta canción es como es. Una canción propia de su álbum debut, incluso. Esa guitarra sucia y maleducada, con una melodía chirriante y, a la larga, pegadiza es tan propia del quinteto que para los que llevamos escuchándolos desde el ya mencionado 'Queens of the Stone Age' resulta un acierto nostálgico, cuanto menos. Parece que nos quieran decir 'Ey, que somos nosotros, tranquilos'. El uso de sonidos reales, en este caso, de cristales rompiéndose, es tan común que no sorprende. Batería sencilla, no hace falta más en esta canción. El ritmo lento y agónico te lo pide. Por supuesto, Homme y su voz no han cambiado, siguen desgastando ese falsete tan característico usado de siempre y que, sin miedo a equivocarme, será usado por siempre. Y, por supuesto, si son Queens of the Stone Age, espérate lo que sea antes de que acabe una canción. Sin ir más lejos, el cambio de ritmo y de melodía, como de intensidad, en este tema es de recibo. El coro agudo en este puente hacia lo común de los 5 minutos que dura el tema, es inmejorable. El violonchelo, algo que, así pensando en frío, no es común usar si eres partícipe en la música de estos, surge en los últimos segundos, dando por finalizado el comienzo de este gran álbum.
I sat by the ocean
Cambio de tercio. Si la anterior canción era lenta y tortuosa, en 'I sat by the ocean' nos falta tiempo para seguir el ritmo con el pie. Una canción que resulta familiar; el primer nombre que me vino a la cabeza nada más escucharla fue 'Little Sister', otra de sus canciones insignia. Obviando esta curiosa casualidad, el tema desborda calidad por los cuatro costados. Rock puro, con sucesiones de acordes propias del género, en los primeros compases del tema, algún que otro falsete conjunto que recuerda a los míticos Bee Gees, riffs con una guitarra distorsionada estratégicamente y puentes que suponen una bocanada de aire fresco, propios de la marca QOTSA. Homme se sale cantando, todo hay que decirlo. Atentos al final y la gran melodía escogida para la guitarra principal.
The vampyre of time and memory
Ahora hay que abrir la mente. Hay que intentar entender esta canción como lo que es y no como lo que aparenta. Y digo esto porque quizá a muchos no les convenza el tándem 'piano-sintetizador'. Sí, habéis oído bien. La canción misma nos avisa de lo que vamos a escuchar. El comienzo es misterioso, incluso desalentador. El sintetizador aparece en momentos clave, dejando el protagonismo al piano y a la voz aterciopelada de Homme en las estrofas, esperando el momento del estribillo. Sin embargo, no se puede negar la calidad enorme de la composición, con salpicazos de blues reflejándose en esos solos agónicos de guitarra muy poco propios del grupo y en el ritmo tan sugerente, potenciado acertadamente por la batería de Dave Grohl (que controla las baquetas en seis de los diez temas del disco). La fuerza no tarda en aparecer, siendo ese momento cuando todos se unen en un conjunto sólido.
If I had a tail
Quizá una de las más flojas del proyecto. No quiere decir que esté exenta de calidad compositiva. De hecho, es un movimiento arriesgado dado el nivel del disco. El estribillo puede no atraparte a la primera, pero te aseguro que acabará atrayéndote hasta que, sin darte cuenta, lo tararees. El ritmo es innegablemente engatusador, teniendo mucho que ver, de nuevo, esa guitarra ahora más propia de las Reinas que se pierde con solos desordenados. Se escuchan elementos que recuerdan al polémico disco de 'Humbug' de los Arctic Monkeys (a todo esto, Alex Turner hace un cameo en este tema para cerrarlo), tales como, por ejemplo, esa melodía siniestra que da el pistoletazo de salida o las que suponen un punto de inflexión en ciertos momentos de la canción, todas bajo el efecto de la misma distorsión. Pese a ello, tiene una fuerza increíble que, dada la duración de la canción, engancha hasta escucharla entera. Y no decepciona.
My God is the Sun
Ya se comentó en su día que el single 'My God is the Sun' suponía un potenciador de la esperanza que muchos depositábamos en este disco. Nos daba a entender que Queens of the Stone Age había abandonado la tendencia experimental que estaba apoderándose de su estilo. Sí es cierto que no es del todo así. De hecho, ciertas canciones del álbum tienen tintes inexplorados, hasta ahora, para los oyentes. 'My God is the Sun' es distinta. Es clásica. Es Queens of the Stone Age. Es un peso pesado tal como lo fue 'In my Head' de 'Lullabyes to Paralize' o 'No one knows' de 'Songs for the Deaf'. No defrauda y mantiene una calidad hasta ahora reconocible con una primera escucha de '... Like Clockwork'.
Kalopsia
No temo decir que puede ser una de las mejores, sino la mejor, del álbum. Trent Reznor, el claro colaborador en este tema, es uno de los responsables del ambiente oscuro y ciertamente melancólico. El piano y la guitarra, con una distorsión propia de la atmósfera, conviven junto con esa batería marcando los compases de forma simple. La voz no podía ser menos, melosa y frágil acompañada de coros distanciados medio tono. Pero hay algo que olvidábamos: estos chicos son Queens of the Stone Age. De la más absoluta tranquilidad pasamos a la bestialidad de las guitarras sucias, varias voces al unísono, una batería dándolo todo... y todo esto siguiendo la misma melodía que se siguió antes de la explosión. Dos canciones en una. Sencillamente perfecto.
Fairweather friends
Elton John, damas y caballeros. El extraño principio sólo despista de la gran canción que va a continuación. Guitarra y piano unidos en una pareja que, sinceramente, merece un matrimonio. Un tema muy poco común en el repertorio de QOTSA (incluso algunos podrían tratarlo de un sacrilegio) y con tanto brillo propio que deja al que lo escucha con una gran sensación de trabajo bien hecho. No se pierdan los solos de Homme mezclados con la virtuosidad de Elton John al piano en una vorágine de rock gamberro y exquisito (si es que estos dos términos pueden vivir uno sin el otro). Los elementos made in Homme son perceptibles, como esos falsetes distorsionados agudísimos.
Smooth sailing
Un tema y una guitarra tan sensuales y rudos que recuerda a lo mejor de 'Era Vulgaris' y del grupo en general. El falsete coreado tan característico de Homme y la batería regulando el 'agita-libido' que empapa los compases del tema son muchos de los elementos que hacen de este tipo de tema un obligado en cada disco de Queens of the Stone Age. La melodía es caótica, con drásticos cambios de dirección, y por tanto de emociones en el que escucha, y ayuda al desconcierto general que rodea la canción (sin ser negativo, ojo). Tanto es así que encontramos una melodía rara y a la vez adecuada hacia el final de la canción que nos ofrece el principio del fin, semejante a la melodía general de la canción. Vuelvo a decirlo: guitarra impecable, sin desperdicio.
I appear missing
El espíritu de 'Songs for the Deaf'' parece revivir en este tema. Un ambiente desértico hace como que nos acompaña mientras escuchamos una de las mejores canciones del disco, llena de guitarras con punteos 'palmuteados' y con slide. Seis minutos de melodía recurrente y acertada, qué menos. La batería de Grohl se sale, literalmente, destrozándose con el ritmo frenético que muchas veces el ex de Nirvana emplea. Un estribillo limpio, sin complicaciones y pegadizo, no se le pide más. Sin embargo, esta composición sin su final apoteósico no estaría en el podio del álbum. Es su final el que eleva su categoría. Increíble esa guitarra tocando el techo de la canción mientras Homme y los suyos ejecutan otro de esos coros 'made in Bee Gees'.
Like Clockwork
Queens of the Stone Age acaban su último trabajo con piano. Sí. Una canción tranquila, de tono amable y depresivo a la vez, que rompe, como pasaría con 'Kalopsia', hacia la mitad del tema. Y cómo rompe. Homme vuelve a asumir su papel de 'chico que canta junto al piano' de manera notable, mientras acústica y violines mueven tímidamente el tema hacia la explosión, saturada de instrumentos, efectos, coros y demás. De ahí, a la normalidad para acabar con un in crescendo de violines que habla por sí solo.
El disco '... Like Clockwork' sale a la venta el 3 de junio de 2013, dentro de, apenas, quince días.
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